Domanda: quanto credibili possono essere riforme applicate in paese nel quale la stessa parola riforma è stata messa al bando? Rispondere è meno facile di quel che a prima vista appare. E certo è che proprio a questo ancor irrisolto quesito sono legate le sorti della Cuba di Raúl Castro, quella uscita dall’ultimo congresso del PCC con programmi di riforma – comunque li si voglia giudicare, i più profondi dai tempi della istituzionalizzazione della rivoluzione castrista – che tali non possono, tuttavia, essere chiamati. La parola giusta è, per il regime, “actualización”, attualizzazione di un sistema che non ha, secondo la versione ufficiale, bisogno alcuno di trasformazioni radicali. E chiunque – i media stranieri in testa – faccia uso dei termini “cambio” o “reforma” è parte di un cosmico complotto teso a discreditare la rivoluzione cubana ed il socialismo in genere.
Ecco quel che scrive a tal proposito, resocontando un recente dibattito televisivo, l’agenzia EFE:
——
La televisión cubana criticó este miércoles que la prensa extranjera manipula el lenguaje político del país al utilizar términos capitalistas para referirse a la “actualización del modelo económico” que impulsa el Gobierno del presidente Raúl Castro.
Según un reportaje emitido en el informativo del mediodía de la televisión estatal, determinados medios de comunicación extranjeros catalogan deliberadamente las “actualizaciones” del modelo cubano como “cambios y reformas”.
“(Es) un fenómeno que pudiera parecer un simple juego de palabras, pero su esencia está en la manipulación del lenguaje político cubano por parte de algunos medios de la prensa extranjera, quienes intentan empequeñecer las transformaciones socioeconómicas que hoy ocurren en nuestro país”, señaló el reporte.
En el reportaje televisivo varios especialistas en ciencias políticas y económicas de la Isla opinaron sobre las razones de esas “posturas mediáticas” y destacan que las transformaciones iniciadas en Cuba no afectan los principios ni la esencia de la revolución.
Uno de los entrevistados y profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales, el doctor Luis Salazar, indicó que la prensa extranjera se orienta en la búsqueda de “reformas pro liberales” y “pro capitalistas” y por ello lo que “se está haciendo en Cuba bajo el concepto de la actualización les resulta (…) insuficiente”.
Según el profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana, Rafael Sorhegui, lo más “trascendental” no es el nombre del proceso, sino que “se sostiene” la esencia de la revolución porque no han cambiado sus principios de soberanía, equidad económica y justicia social.
El reporte también indica que la prensa extranjera hace énfasis en “los espacios a la propiedad privada” dentro del proceso de “actualización”, pero resalta que “en ningún momento se está privatizando la propiedad estatal ni la propiedad social” de Cuba.
Además, se menciona que otros países socialistas han denominado a sus “transformaciones socioeconómicas con términos diferentes”, como es el caso de China, que calificó a sus reformas como “modernización”, y el de Vietnam, que utilizó el calificativo de “renovación”.
El plan de ajustes para “actualizar”, según la retórica oficial, el socialismo cubano fue aprobado en abril pasado por el VI Congreso del Partido Comunista (gobernante y único legal), con el objetivo de superar la grave crisis que el propio Gobierno ha propiciado durante décadas de ineficiencia.
Los ajustes incluyen una reforma laboral en el sector estatal para eliminar plantillas abultadas, la ampliación del trabajo privado y la eliminación de prohibiciones como la compraventa de casas y automóviles entre particulares.